“La estación del Ferrocarril es nuestro hogar”
Autor: Daniela Ángel Madrid
28 de Marzo de 2016
PERIÓDICO EL MUNDO
Referencia:
28 de Marzo de 2016
PERIÓDICO EL MUNDO
Algunas familias expresaron su arraigo tras residir varios años en las antiguas estaciones del Ferrocarril de Antioquia.
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En la estación La Quiebra del Ferrocarril de Antioquia vive la familia Espinoza. Foto: Jhon Alexander Chica Yara. |
Hace más de 30 años, Gustavo Espinoza habita la antigua estación Salinas del Ferrocarril de Antioquia. “Decidí venir a la estación, porque en el momento en que la ocupé no tenía donde vivir”.
“Un pensionado del Ferrocarril que vivía aquí, me la ofreció, yo llegué con mi esposa e hijos. Actualmente ya somos más: en la estación no sólo se criaron mis hijos, sino también mis nietos”, expresó Espinoza.
Don Gustavo, como lo conocen sus vecinos, conserva la fachada de la estación casi intacta con un incandescente color escarlata que la distingue entre el frondoso sendero de la carrilera. “Uno no puede dañar el diseño, porque esto es nuestro patrimonio como Nación. Yo me beneficio al estar acá, entonces sólo por eso debo ser agradecido”.
“Si algún día me llegaran a solicitar la estación, no sabría qué hacer. Uno ya está aclimatado”, puntualizó Espinoza.
Por otra parte, en la estación La Quiebra reside la familia de Arnoldo Espinoza, quien relató que a esta desgastada fachada verde la convirtieron en su hogar desde hace 32 años. “En ese tiempo, cuando mis alientos, yo trabajaba en la agricultura. Fue siempre mejor estar acá que en Montebello, porque los cafetales y demás cultivos me quedaban cerca”… “Y después de tantos años, ahora somos nosotros los que hemos echado raíces”.
Su hija Leonor afirmó que la vía del ferrocarril “es la única que tenemos para ingresar” y explicó que “si en algún momento el proyecto del tren se retomara, nos quedaríamos sin ningún paso. Estas vías son nuestro camino, nuestro barrio”.
Recuerdos
Al frente de La Quiebra, Anuario Holguín sostiene una tienda sobre las vías. El recordó que una vez, cuando iba a pagar los servicios, salió en un tren a las 11:00 p.m. hacia Medellín, “la gente en las estaciones vendía quesillos, hojaldras, gelatinas de pata de res”.
En ese tiempo, se cambiaron las mulas por los rieles. “Ya no había casi mulas”, expresó don Anuario y explicó que “cuando el tren salía de acá, pasaba con las cargas de alimentos y de leña y, así, recorría el Suroeste hasta llegar a Cisneros”.
“Otro de los recorridos larguísimos que hacía el tren era cuando salía de Puerto Berrío y se iba hasta Santa Marta. En ese viaje uno podía irse en unos vagones de lujo que estaban acomodados para las personas, porque, inclusive, tenían un restaurante; mientras tanto la carga la echábamos encima, en el techo; el tren parecía un carro de escalera”, recordó Holguín.
Ángel, D. (28 de Marzo de 2016). “La estación del Ferrocarril es nuestro hogar”. Periódico El Mundo. Obtenido de http://historico.elmundo.com/portal/noticias/territorio/la_estacion_del__ferrocarril_es_nuestro_hogar.php#.W1eApMhKjIV
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