“El periodismo sí es un género literario”

Por Daniela Ángel Madrid
Cortesía de lavoz.com.ar
En su artículo “El periodismo sí es un género literario”, Antonio Caballero señala que el periodismo es uno de los tantos géneros que abarca la literatura. Afirma además, que es comparable a la novela o la crónica histórica. Argumenta su posición respecto a este tema exponiendo algunos de los aspectos sociales más influyentes en este campo comunicativo.

Comienza por decir que la escritura es una cuestión de ambición, más no una cuestión de formato. Han existido escritores de libros en géneros literarios que simultáneamente han sido periodistas. Alfonso Reyes fue un ensayista de periódico en lugar de un escritor estructural. Caballero al referirse al periodismo colombiano, rescata al escritor Santiago Gamboa quién antes de escribir grandes novelas fue un periodista profesional. Sin embargo, afirma que en Colombia este fenómeno sucede en poca medida y que, como si fuera poco, la escritura está mediada por la baja calidad en la educación y una falta de control escritural, debido al descuido de los dirigentes de los periódicos, los cuales no son ni literatos, ni periodistas, ni escritores. La prensa actual está regida por grupos empresariales, dueños que padecen de un déficit en los procesos lectoescritores.

A continuación se describirán algunos de los temas tratados en el artículo:

Las secuelas de la rapidez

Precisamente otros de los causantes de la mala calidad y deterioro del lenguaje periodístico, ha sido la inmediatez e improvisación impuesta por medios masivos como la radio y la tv. La prosa periodística debe ser mucho más breve y más clara, pero conservando el estilo del lenguaje en equilibrio con la economía del lenguaje.

Calidad, con todo y acoso

En este apartado, Caballero continúa sustentando cómo la inmediatez influye el producto periodístico. En Colombia, él debía escribir artículos en el menor tiempo posible y con la mejor calidad textual. No obstante, pese a que se alcancen estos objetivos, y aunque en el artículo se imprima mucho esfuerzo desde la prosa periodística, no se alcanzará a lograr perdurabilidad del mismo artículo, una perennidad en el tiempo y la historia, como muy fácilmente se lograría con un soneto o simplemente los libros que por destinarles más tiempo tiene más posibilidades de durar.

El discreto engaño de la realidad

Caballero señala que la literatura escrita por periodistas es gracias a los vínculos y contactos que tienen los mismos con las personas que conoce; y por ende, pueda encontrar un editor que le facilite el acceso a la publicación de un libro. Asegura que los periodistas que publican libros, no lo hacen sino con la intención de conseguir un prestigio intelectual. Ellos no necesitan escribir libros, como sí lo necesitan los escritores que los redactan porque de otra forma les estaría haciendo falta hacerlo, para los escritores escribirlos reflejan una necesidad como quién necesita de comer.

¿Escribir para vivir? ¿Vivir para escribir?

Para Caballero la diferencia entre el periodismo y la literatura no está en el género sino en la ambición y el propósito. Pese a que en algún tiempo haya recorrido los senderos del periodismo literario al publicar un par de libros sobre crónicas taurinas, este periodista el mayor trabajo de periodismo que efectuado ha sido artículos y columnas, puesto que gracias a la venta de los mismos es que tiene ingresos para su alimentación. Sus libros no se venden tanto porque actualmente se prefiere lo rápido, lo que salga de un día para otro.

Sobre el relato periodístico

El oficio del periodista se fundamenta en relatar la realidad y opinar sobre ella pero no inventar realidades como lo hace un novelista. La responsabilidad del periodista se ejerce en la veracidad absoluta de la crónica; pero teniendo en cuenta que en algunas ocasiones se debe usar el anonimato puesto que algunos datos o informaciones pueden poner en riesgo la vida de las personas implicadas. 

Escritor, texto y lector

El papel del escritor se debe fundar en una retroalimentación con el lector. Se debe pensar en el lector, antes de escribir y al escribir. Lo que el escritor escribe está hecho para ser leído. De allí donde surge el sentido de los textos redactados. El escritor debe escribir sobre lo que a él le interese pero debe escribirlo de una forma con la que pueda surgirle también interés al lector. A lo anterior se le suma el que todo texto debe dejar al lector con ganas de leer más. Se debe informar al lector pero, por ejemplo dejarlo, con la motivación de leer lo que se vaya a relatar en la continuación de un texto.

¿Para qué se escribe, entonces?

Respeto a la labor de un columnista Caballero resalta que no sirve un artículo al lector más que para darle los datos que él no conseguirá de otra fuente, porque la idea es que cada cual construya su propia opinión. El hecho de que existan personas que solo se dediquen a opinar no exonera el nivel de importancia de la opinión pública ni la hace inferior al del columnista.

¿Censurado o no?

Según Caballero la censura es uno de los mayores riesgos que pasa el periodista, pero una suerte por la cual nunca le ha tocado pasar. Y es así porque nunca ha trabajado para un solo medio de prensa, por ello si no le publican un artículo en un sitio, se lo publicarán en otro. Sin embargo, asegura que tanto en Colombia como en los demás países del mundo la censura es una estrategia de control de la información u omisión de datos, efectuada por parte de los dueños de las empresas de prensa según sus intereses políticos, económicos y hasta sociales.

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